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Cada vez más empleadas en todo tipo de deportes al aire libre, el uso y la cantidad de modelos de gafas en el mercado con lentes fotocromáticas ha crecido mucho en los últimos años.

El "fotocroísmo" es el principio por el cual, debido a una reacción química, una lente cambia de color de manera drástica y de manera reversible. El principio como tal se descubrió a mediados del siglo XIX, pero fue en la década de los años 50 cuando se desarrolló industrialmente.

¿Cómo funcionan?

De manera rápida, diremos que unas lentes fotocromáticas son unos cristales ópticos normales sobre los que se ha aplicado una película que contiene cloruro de cobre y/o cloruro de plata. La incidencia de la luz sobre estos materiales provoca que los iones de uno y otro elemento se unan de una manera determinada, oscureciendo el cristal. Esta reacción química es reversible, por eso las lentes se oscurece o aclaran en función de su exposición a la luz. De hecho, su equilibrio depende de la energía incidente en forma de fotones. Se trataría de una reacción similar a la de los carretes de fotos, que se oscurecen con la luz (también lleva cloruros y cloratos de plata), aunque en el caso de los critales ese oscurecimiento es reversible.

En principio, las lentes fotocromáticas se emplearon para ayudar a las personas mayores cuya retina tiende a acusar más los cambios drásticos de luz. Poco a poco, la industria ha mejorado la calidad y variedad de los cristales que ha puesto en el mercado. Las marcas especializadas en gafas deportivas, y especialmente las de ciclismo, han incorporado en los últimos años un sinfín de modelos fotocromáticos a sus catálogos.

De hecho, podríamos decir que ha habido un cambio de tendencia en las firmas de ciclismo. Si hace cinco años, lo más destacado de la oferta de gafas eran los modelos con cristales intercambiables actualmente podríamos decir que las gafas "tope de gama" ahora son las que llevan cristales fotocromáticos –de hecho, muchas marcas incrementan el precio de estos modelos para realzar su valor–. La importancia de estas lentes es tal en el mercado ciclista que una marca especializada Transitions, patrocina actualmente uno de los equipos UCI Pro Tor.

Ventajas y propiedades

Los beneficios de usar lentes fotocromáticas en ciclismo son obvias: no necesitas cambiar de lentes en función de las condiciones de luz por las que vayas a rodar. Con los modelos de lentes intercambiables, tenías que acertar con la meteorología y si ésta, de repente, cambiaba es probable que tu elección de gafas no te sirviera. Las gafas fotocromáticas vienen a solucionar este problema, aunque también hay que decir que su rango de aceptación de la luz no es tan específico como el de unas lentes transparente u oscuras... Nos explicamos: en principio, unas lentes oscuras siempre serán más oscuras y nos protegerán más de los rayos solares que unos cristales fotocromáticos en su fase más oscura. Y lo mismo ocurre con unas lentes transparentes. Digamos que usando unas gafas fotocromáticas, perdemos en los extremos para ganar la comodidad del "mínimo común múltiplo".

Para el ciclismo de montaña su uso es muy recomendable, ya que es muy habitual que, incluso en un día muy soleado, entremos en una zona boscosa en la que la visibilidad con unas lentes oscuras se haría difícil. Para la bici de ruta, en la que los cambios de luz son más progresivos y en espacios más abiertos, las ventajas no son tan inmediatas aunque nosotros las recomendaríamos especialmente para pedalear en invierno.

Pero, ¿cómo podemos saber si unas lentes fotocromáticas son realmente buenas?

Es complicado responder a esta pregunta de forma directa y lo mejor sería hablar directamente con tu óptico de confianza. Evidentemente, todo depende de la calidad del cristal y ésta se hace pagar. Hay gafas con precios que van desde 450 a 1500 pesos, lo cual ya es un indicativo de la diversidad de la oferta. La calidad de un cristal fotocromático se puede comprobar bajo estos criterios:

- La rapidez con la que reacciona a los cambios de luz: cuanto más rápidez, mejores son las lentes.
- El rango de uso: se trata más bien de un criterio práctico, es mejor usar unas gafas que sirvan para ser usadas bajo unas condiciones lumínicas muy dispares.
- En la duración de las propiedades fotocromáticas: la reacción química se gasta con el tiempo, por tanto, unos buenos cristales serán aquellos que sigan reaccionando rápidamente y en el rango adecuado a los cambios de luz durante más tiempo.
- Resistencia de la lente: esta característica vale para todos los cristales, no sólo para los fotocromáticos, hay lentes con un tratamiento especial que los endurece y protege contra ralladas e impactos.
- El color: esta característica no incide en la calidad de la misma ni en sus propiedades fotocromáticas, un filtro de un color u otro sirve para potenciar más o menos unas determinadas ondas de luz (colores). Tampoco incide en las propiedades fotocromáticas de las lentes.